43.5018119, -7.9397907

Recemel (Santa María)

No lejos de esta alejada capilla del norte del municipio pasa el río Mera, cuyo murmullo se escucha, plácido, mientras la contemplamos. Se encuentra próxima al lugar de O Silvao, por el cual lleva también su nombre, tal y como reza en los azulejos de su entrada y en un letrero de su testero que recuerda los actos de su romería. Se encuentra al borde del camino antiguo que unía Somozas con Ortigueira y su ría, cerca de un importante vado fluvial que contaba además con molino. Esta posición estratégica explica su localización, hoy extraña por el paso de la historia y el cambio en los usos y costumbres. Para acercarse a ella hay que desviarse de la carretera Somozas-Ortigueira, tras su cuarto kilómetro, por una pista de tierra que desciende a la izquierda. En unos 250 metros se llega al descampado en el que se levanta.

Se trata de un edificio pequeño con planta rectangular, muy simple, con muy escasa luz en el interior, sólo auspiciada por pequeños huecos cuadrados existentes en la parte alta del muro lateral. No se observa la piedra con que está hecha, pues el encalado cubre muros, esquinales y dinteles. Su tejado, con pizas de pizarra del país en corte rústico, es de cuatro aguas y sobresale de la nave para cubrir un curioso pórtico. Éste se apoya en dos columnas cuyo grosor parece descubrir mayores intenciones. El techo del mismo es llamativo por su laboriosidad y antigüedad, con vigas que se apoyan en las gruesas columnas, armando un entramado de madera con pontones irregulares, sobre los que descansan las ripas, listones del mismo material. El conjunto presenta una tendencia a converger en la parte alta central de la fachada.

Como suele ocurrir en muchas otras capillas e iglesias, la de San Antonio, con ser la principal, no es la única advocación religiosa pues, como se puede leer sobre su puerta de entrada, la cual presenta forma rectangular con un lintel en el que aparece el año de construcción, 1844, está dedicada también a la Virgen de Guadalupe.