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Castelo

As Somozas (Santiago Seré)

Una forja o fragua es el taller del herrero, obrador que se ocupaba de realizar, arreglar y afilar utensilios y herramientas de hierro para las actividades diarias, especialmente las agrícolas. Si los machucos o mazos son herrerías pequeñas, las forjas son unidades menores de producción y reparación que también podían utilizar la energía hidráulica y contaban con la presencia de un mazo para sus elaboraciones. Estas, a veces, eran complementarias a las de los machucos al realizar manipulaciones de estirado, doblado o mejora del acabado de las piezas. Su estructura recuerda a la de una pequeña herrería, pero es más simple y de dimensiones menores. Hasta la electrificación de los establecimientos de transformación del hierro podían desviar también las aguas del río para accionar un pequeño martinete o podía suplirse su falta mediante mecanismos manuales. En el interior del edificio de producción existía al menos un barquín o una pequeña turbina a manivela con los que se insuflaba aire para avivar el fuego. Tampoco faltaba un gran yunque para dar forma, a base de impactos de martillo o mazo, a las piezas de hierro que así iban adquiriendo la forma deseada. Además, solía encontrarse un torno, acompañado de un banco de carpintero, realizándose trabajos complementarios en madera para mangar o elaborar piezas suplementarias a los artificios metálicos.

La electrificación prolongó la actividad de estos centros hasta bien pasada la mitad del siglo XX, provocando que, en algunos casos, desplazaran sus talleres a las aldeas, al no depender ya de la energía del agua para desempeñar su función.

Podían constituirse, como otras pequeñas unidades de producción industrial, en vivienda-taller u ocupar naves exentas, todo ello en función de las características de su emplazamiento y las posibilidades de hacer vida en el entorno. Esta forja, que estuvo relacionada por lazos familiares con el machuco de A Queira, se sitúa muy próxima a la capital del municipio y siguió viva hasta finales del siglo pasado, época en la que ya no quedaban muchas en vigor en el territorio gallego. Vendía sus elaboraciones en las aldeas próximas y distintas ferias de la comarca, como las renombradas de A Barqueira, As Pontes y Moeche.